Los nuevos tiempos

por Martín Albornoz
estudiante de la Licenciatura en Historia (UNQ)

Soy docente y estudiante, trabajo en dos escuelas secundarias de Berazategui y estoy cursando el taller de tesis, la última cursada de la carrera. El título del texto hace referencia a estos nuevos tiempos adoptados en cuarentena. Aunque, en realidad, no son otros que los tiempos que solíamos poseer y utilizar, y que hoy transcurren adaptados al aislamiento.
Son los que hace muy poco uno consumía en actividades que realizaba fuera de su casa, como trabajar, cursar, jugar al fulbito, ensayar… y que, aun así, te permitían encontrar tiempo para hacer varias otras cosas más. Pero si bien hoy los tiempos son austeros, también son aleccionadores. Sin proponérselo, la situación actual me está demostrando que podía vivir prescindiendo de un montón de cosas innecesarias que me ofrecía la sociedad de consumo.
Con respecto a estudiar y cursar en la Universidad, para los que no nos convence mucho el aula virtual, se hace complicado. Si a eso le sumamos la ansiedad y nervios de estar transitando la última cursada de una carrera universitaria y la incertidumbre de la pandemia mundial, la complicación se convierte en desafío. Aun así, el entusiasmo es mayor y vence las adversidades.
Al menos para mí, estar más tiempo en casa no se traduce en mayor tiempo para leer, escribir, preparar actividades, corregir, etc. La dispersión y la falta de tiempo me obligaron a reacomodar la rutina y encontrar la manera de optimizar los momentos dedicados al trabajo y el estudio (incluso me pude organizar para encontrar tiempo en donde poder escribir este texto).
Por último, el desafío que tenemos los docentes para intentar llevar a cabo una educación alternativa, adecuada al aislamiento, es bastante grande. El mayor problema que se presenta es la dificultad de sostener el vínculo con los estudiantes, ya que no todos poseen dispositivos y/o conectividad disponible. Esta experiencia nos permite reflexionar sobre la relevancia de la cantidad de contenidos, la forma de abordarlos, el qué y cómo evaluar y la importancia de establecer vínculos con los estudiantes. Nos permitirá, también, cuestionar, modificar o sustituir, las fallas que pone en evidencia esta situación. Las dificultades nos invitan a preguntarnos: ¿cobrará importancia una “pedagogía de la virtualidad”? ¿deberíamos comenzar a pensar en capacitaciones masivas en función de la enseñanza a distancia? Si es necesario o no, es discutible, y tal vez pueda llegar a serlo. Si es por preferencia, ojalá que no: a mí me gustan las aulas de la vida real.

 


MARTIN ALBORNOZ

Es estudiante de la Licenciatura en Historia (UNQ), transitando la última cursada de la carrera. Profesor de Historia con trayecto en Ciencias Sociales, trabaja en escuelas secundarias del partido de Berazategui.